La Tragedia del Dandy del "Glam":

En su biografía hay dos personajes esenciales: Gloria Jones, su gran amor con la que sufrió el accidente que le costó la vida y David Bowie, su compañero sobre los escenarios y eterno rival.

POR JULIÁN RUIZ.

Gloria Jones conoció a Billy Preston de niña y con tan sólo 21 años, en 1964, había grabado Tainted love. Desgraciadamente, había sido un discreto éxito en la costa californiana. Hasta que en 1981, una versión de Soft cell se convirtió en un enorme éxito mundial.

Marc Bolan, el líder de T. Rex, el cantante que había inventado el glam, conoció a Gloria en 1969 en Londres, cuando ella era una de las protagonistas del musical Hair. Marc Bolan se enamoró de ella al instante. Nadie pudo suponer en ese momento que aquella historia de amor se convertiría en una pequeña tragedia, en el perfecto guión cinematográfico. La historia de un amor contaminado, como la letra de Tainted love.

Bolan perseguía inconscientemente a Gloria, a través de giras o sesiones en estudios de grabación. Pero nunca hubo contacto sexual. Él estaba casado. Su esposa, la publicista June Child, había sido la novia del maravilloso loco de Pink Floyd, Syd Barret. Nadie entendía cómo había logrado casarse, porque Marc repetía constantemente el ritual de las groupies. No le interesaba otro tipo de mujeres. Cada noche se encerraba con fuertes borracheras, dosis de cocaína y groupies. Ése era el menú diario del líder de T. Rex.

Marc se cansó pronto de June. Estaba previsto. En junio de 1972, al ver a Gloria en el Winterland de San Francisco, decidió que se convirtiera en una de las coristas del grupo. Más adelante, el líder de T. Rex se compró una mansión en Richmond, en Surrey, como los Rolling Stones. El sueño más hermoso del hijo de un pobre sastre judío de Hackney, uno de los barrios humildes del este de Londres.

Marc le pidió a Gloria que se fuera a vivir con él a la nueva mansión. La cantante americana no pudo rechazar la oferta. Quería seguir el camino de sus ídolos Gene Vincent y Eddie Cochrane sin importarle otras circunstancias. Pero cuando Gloria se mudó a la mansión en Richmond el problema subsistía. Marc seguía casado legalmente y estaba expuesto a una querella por parte de June. Aunque siempre le decía a Gloria que no se preocupara, que todo quedaría arreglado tan pronto como fuera posible.

Nunca fue así. La tragedia se presentó el 16 de septiembre de 1977. La pareja estaba relativamente contenta, tras el éxito que Marc había obtenido con un programa de televisión. Esa noche, Marc y Gloria fueron a celebrarlo en Mortons, un club de copas y restaurante. Sobre las 4:00 horas, Gloria se puso a conducir el Mini Austin de color morado de la pareja. Cerca de Gypsy Lane, en Queens Rides, Gloria perdió el control del Mini y se estrelló violentamente contra un árbol. Marc, que iba al lado del conductor, murió instantáneamente. Gloria quedó muy malherida. La tragedia es que no quedaba ni una milla para llegar a casa y estaban muy cerca de los estudios Olympic.

Ni Gloria ni Marc llevaban puestos los cinturones de seguridad. No era obligatorio en aquellos años. Marc acababa de publicar un single, Celebrate summer, que irónicamente contenía el siguiente refrán: «Este verano del 77 es el cielo». Marc ni había cumplido 30 años. Le faltaban dos semanas.

La gran paradoja es que Marc tenía una gran pasión por los coches, incluidos los Cadillac. Su meta era comprarse un Rolls Royce. Esa gesta la refleja en su tema Children of the revolution, que grabó con Ringo Starr y Elton John, propietarios también de sendos Rolls Royce. Lo esperpéntico es que Marc Bolan nunca supo conducir. Aquella noche su Rolls estaba alquilado a un grupo de rock duro.

El rey del glam fue incinerado en Golders Green Crematorium, bajo una estricta ceremonia cristiana, a pesar de que aseguraba profesar la vieja religión judía, como su padre. Rod Stewart, Elton John y David Bowie estuvieron presentes en la ceremonia y en la capilla.
Para Bowie aquella muerte se convirtió en una pesadilla. Empezó a entrarle una auténtica paranoia. Recordaba que una gitana en una ocasión le había leído la mano y que en sus predicciones había previsto las muertes de Jimi Hendrix, Marc Bolan y la suya propia. Empezó a tener miedo absolutamente de todo. Sólo viajaba en tren o en barco y se negaba a beber como no fuera naranjada. Era la época de Heroes, de su pasión por Berlín, la seducción por la cultura nazi y su trance con la heroína.

La sombra de Bolan nunca dejó de perseguir a Bowie. Eran demasiadas coincidencias. Tres días antes de la muerte de Marc, David participó en su último show televisivo, que se llamaba Marc. Habían compuesto juntos el tema Sleeping with you y se trataba de que también la cantaran juntos. Pero el escenario era demasiado estrecho para ambos. Marc al empezar a cantar se cayó. Se hizo unos cuantos rasguños. Cuando intentó repetir la canción el sindicato de técnicos se negó a hacer otra toma. Fue la última imagen viva que tenemos de Bolan: cayéndose y con Bowie entre las sombras con cara de circunstancias, como tratando de restar importancia a la caída. El tema incompleto es hoy toda una joya de la piratería.

Fue una metáfora de la dura competencia entre los dos ídolos de aquellos años dorados del glam. Durante años habían trabajado con el mismo productor, el neoyorquino Toni Visconti, toda una institución. Visconti me contó que Marc siempre le tuvo envidia a Bowie o se mostraba muy quisquilloso con él. Y recuerda con desagrado cómo Marc le hizo una crítica muy ácida y estúpida sobre Ziggy stardust, que Marc proclamó como una historia idiota.

Marc y Gloria habían tenido un hijo un par de años antes. Le habían puesto el nombre de Rolan. La ley no lo reconocía, porque Marc todavía no se había divorciado legalmente de June. En plena penuria económica, David Bowie se hizo cargo de la manutención del niño, incluso pagó su educación en uno de los colegios más caros de Los Ángeles, hasta que Rolan fue mayor de edad.
Hace un par de años hablé con Rolan Bolan, que en la actualidad tiene 34 años. Quiere ser cantante, pero su disco es un tímido reflejo del padre. Rolan me contó que David fue como su segundo padre. Pero también me confesó que aquel colegio de millonarios le había resultado incómodo. Sus compañeros eran todos hijos de celebridades y todos ellos sabían que no tenía un dólar.

Su padre les había dejado en el banco menos de 10.000 libras. Sin embargo, a comienzos de los años 70, Marc había tenido la habilidad de crear en las Bahamas, un paraíso fiscal, una editorial llamada Wizard, donde introdujo el copyright de todas sus canciones. La editorial llegó a tener 200 canciones. Hace un par de años, Gloria y Rolan, una vez resueltos los problemas legales, vendieron Wizard por algo más de 10 millones de libras esterlinas. Se acabó la pobreza.
¿Qué hace en la actualidad Gloria Jones? Vive en Sierra Leona. Es la propietaria de un colegio en las áreas más pobres. Está a punto de inaugurar la Escuela de Música Marc Bolan, allí mismo donde escribió: «Aunque las rosas no lleguen en la primavera de este año, yo siempre te estaré esperando, cariño». Su último poema, la última canción de amor de su vida.