viernes, 25 de febrero de 2011

Pražské Jezulátko

Cuando estuvimos en Praga hace ya un tiempo además de pasarlo de lujo, echarle el ojo a las "pragueñas", de beber buena cerveza y de sufrir algún que otro sobresalto, también hubo tiempo para hacer "turisteo" e ir de visita a todos y cada uno de los museos o exposiciones que se nos pusieron por delante.

Además junto a los típicos museos, las sinagogas del barrio judío y las iglesias se convirtieron en una buena opción donde dejar una visita. Entre todos los sitios a los que fuimos, hubo dos que quedaron impresos en mi memoria: el excepcional ejemplo de barroco de la Iglesia de San Nicolás, y la colección de imágenes y figuras del Niño Jesús que había en la Iglesia de Santa María de la Victoria, realizadas y provenientes de todos los rincones del mundo.

Una imagen de un Niño Jesús de esas que son bastante feotas pero a la vez entrañables...
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Hice la miniatura de esta imagen religiosa checa con lapiceros de color, tintas, acuarelas y ordenador. El tamaño original es muy chico, así que puede que al ampliar se pixele, pero bueno, es lo que hay.

lunes, 21 de febrero de 2011

"...Diez luminosos fotogramas musicales de memorias recogidas al sol..."

Con este atractivo gancho anunciaban y publicitaban al grupo del que voy a hablar un poco el día de hoy para pasar el rato de forma agradable.


Como todo el mundo sabe, de la publicidad que nos bombardea a todas horas es mejor no fiarse, ya que luego pasa lo que pasa... Pero esta vez ¡oh sorpresa! las palabras que iei guardaban una gran verdad: no había mentiras, engaños o trampas por ningún lado.

De un tiempo para acá, la costa oeste de Estados Unidos y más concretamente toda el área de California está dando buenos frutos en el mundo de la música, especialmente en el Pop y Folk, recurriendo a todos esos maravillosos clichés que se encargó de establecer el genio de Brian Wilson y compañía. Ya saben de lo que les hablo: que si armoniosos y bellos juegos vocales por aquí, que si brillantes e ingeniosos arreglos por allá…
Supongo que el hecho de que estos elementos y sonidos de raíz tan clásica lo estén llevando a cabo grupos y artistas bastante jóvenes tiene su punto de lógica, ya que éstos se habrán tenido que criar con unos padres hippiescos o californianos de pura cepa y en unas casas en la que el Sunshine Pop estaría a la orden del día, y eso siempre curte.
Para bien en este caso.

Reconozco que servidor tiene ciertas fijaciones y que otra cosa no hará, pero sí, en este blog se ha hablado ya unas cuantas veces de Beachwood Sparks y All Night Radio, que son dos claros ejemplos de este contínuo emerger de bandas californianas que recurren a los sonidos de los 60 y 70 para nutrirse y confeccionar su propio espacio sonoro.
Pues veréis, en el catálogo cada vez menos musical -ya que las figuritas y demás merchandising lo están fagocitando todo- que me llega fielmente todos los meses suelen aparecer de vez en cuando unas páginas especiales dedicadas a tal o cual discográfica. El hecho es que entre esas páginas aparecieron una serie grupos que me eran del todo desconocidos y como servidor es por naturaleza curioso, allá que me puse a buscar información sobre la discográfica, Antenna Farm, y también sobre los grupos que en ella había.

Tras contrastar, leer opiniones, comentarios y escuchar unas cuanas cosas, por fin me decidí. Hice el pedido y pasado un tiempo lo he podido disfrutar. Ahora sólo me queda decir que hay varias bandas que me interesan bastante y a las que tengo que describir brevemente por si alguien tiene tiempo y les da unos minutos:


La primera de ellas procede de San Francisco y se llama Papercuts, que en realidad es el proyecto personal de Jason Robert Quever -un artista que se marca discos de forma artesanal a lo Juan Palomo, con una voz siempre susurrante y débil que puede a veces puede caer en la monotonía, pero que gustará si os va el profundo sonido del Oeste y las baterías tocadas con solera, como antes, no de la forma "sintética" con la que suenan muchas ahora-.
El vídeo no creo que sea original, pero "Poor and Free" del disco "Mockingbird" suena muy bien y además resulta interesante ese contraste entre la música y la imagen:



The Donkeys son el segundo nombre que me ha gustado. Desde la página de Antenna Farm se les define como "cuatro colegas de San Diego a los que les gusta hacer música juntos. Unas veces su música es estruendosa y otras veces es reposada, pero siempre es sorprendente". La combinación de Country, Blues, Rock y Psicodelia que hay en su primer disco puede parecer muy típica, y tal vez así sea, pero a mí cosas como "Lower The Heaven" me flipan:



Y tras esta breve incursión por los cerros de Úbeda llegamos ya al tercer grupo, que es donde de verdad quería ir a parar… Los también californianos The Botticellis, cuya propuesta me ha sorprendido enormemente debido a varias razones:
Una de ellas, sinceramente y muy a mi pesar, es que me da la sensación que últimamente la escena musical de la costa oeste estaba empezando a perder el hilo o el vínculo con las grandes referencias clásicas -y con ello su esencia, su gracia o encanto especial-, con el peligro de vulgarizarse. Además, no siempre surge gente con talento, y éstos suelen esconder su nula habilidad y mediocridad bajo etiquetas como el Lo-Fi y demás artimañas con las que afortunadamente la gente de The Botticellis no comulga.


La otra razón es simplemente que The Botticellis sabe hacer una música excepcional, para paladares especiales. Este quinteto verdaderamente tiene ese espíritu clásico que reclamaba unas líneas más arriba y su disco debut de 2008 "Old Home Movies" transmite el conocimiento, la sabiduría y todas las bondades musicales que han surgido de esas tierras:
Son capaces de hacer temazos de Pop fresco, directo, enérgico y vibrante de menos de dos minutos, entroncando histórica y culturalmente con esas décadas maravillosas en las que el formato Single todavía dominaba al LP en un mundo discográfico que por aquél entonces todavía era dinámico y atrevido.
Para que veáis que no miento ahí está el alegre y surfero "Up Against The Glass":


Las elegantes armonías vocales, los sutiles arreglos y demás "bla, bla blases" también son lo suyo. No vamos a poner el tema que da título al disco, sino la dulce "Stay With My Brother" porque tiene vídeoclip y creo que merece la pena escuchar esta canción adornada de imágenes:


A continuación querría destacar en especial dos temas que me dejaron con la boca abierta: "New Room" y "Who Are You Now".
Ambas canciones reflejan mejor que ninguna otra el verdadero nivel o categoría de The Botticellis, al margen ya de las típicas y anodinas comparaciones con históricos y leyendas del Pop o Rock, que hasta cuando yo las hago me llegan a cansar.
Creo que son dos buenos ejemplos de las posibilidades y habilidades que tiene esta banda. Ahora queda corroborarlo con constancia, trabajo, ensayos, conciertos y un segundo disco… La que para muchos es la parte en la que de veras se demuestra de qué pasta se está hecho y en la que muchos nombres a lo largo de la Historia han fallado, quedando relegados al más oscuro y triste olvido.

Pues bien, "New Room" es una acogedora y hogareña canción que transmite esa sensación de calidez que en cierta manera se debe a la pasión que The Botticelis tiene por el empleo de tecnología analógica para crear su música. Para la grabación de este tema contaron con la ayuda de The Matt Cunitz Museum Of Vintage Pianos & Organs -un tío raro, artista, intérprete y coleccionista de antiguallas musicales- que tocó instrumentos como el Mellotron cello, pianos de juguete, celestes y un órgano de iglesia, pero no de esos enormes y colosales órganos tubulares de las categrales, sino de aquellos de pequeña parroquia que toca siempre una viejecita sorda en las películas...
Si alguien me dijera ahora que los grupos actuales no tienen clase o emoción, le pondría esto:


Y vamos entonces con lo último, pero no por asomo lo peor ya que he de decir que "Who Are You Now" es mi canción favorita de todo el álbum. Tiene magia. Empieza con una extraña algarabía de niños para después mostrar toda su plenitud musical y lírica. Demuestran tal dominio a la hora de controlar los tiempos, las emociones y un talento para construir canciones como esta, que resulta muy difícil encontrar un paralelismo por mi parte con otros grupos actuales...
A veces es mejor definir o explicar una cosa de la forma más sencilla posible, porque de lo contrario el empleo de demasiadas palabras hacen que todo se vuelva más lioso y confuso, por lo que para despedirme voy a repetir lo que dijo mi madre cuando escuchó esta canción, que sonaba desde mi habitación:


¡Qué bonita!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Recopilación: dibujos de carpeta...

Supongo que a todos nos pasará lo mismo, que la inspiración o las ganas -que no siempre van ligadas a hacerlo bien- te llegan siempre en los sitios y momentos más insospechados, en los que no tienes material con que plasmar absolutamente nada: servilletas en una cafetería, pupitres en las tediosas clases, paredes del patio, el propio cuerpo... Todo soporte es válido.
Echando la vista hacia atrás, en mi caso fue la carpeta la que me ayudó y sirvió en esos momentos tan complicados o aburridos, según se mire.
Ya hice una entrada hace mucho tiempo con sus separadores decorados e ilustrados con profusión a base de tiras humorísticas, pegatinas, noticas estúpidas, fotos curiosas, letras de canciones y muuuchos dibujos.
Ahí van unos cuantos:





sábado, 12 de febrero de 2011

Hoy he vuelto a las andadas...

...He jugado a suertes como se hacía antes de que existiera esto del Internet y he vuelto a pillarme un disco simplemente por lo curioso del diseño de la portada. Ésta me sonaba muchísimo de un pintor surrealista de más allá de los Pirineos que me molaba bastante, pero del que no recordaba el nombre*.
Simplemente por esa razón.
Bueno a ver, si nos sinceramos del todo sabía que era de una banda de Jazz/Rock, de 1970 y que tras la batería estaba Billy Cobham -todo un seguro de calidad-, así que con esos tres datos tampoco es que haya ido muy muy a ciegas.... ¡Pero las ganas, los nervios y la inquietud que tenía por llegar a casa y poner el disco no me lo ha quitado nadie!

¡¡¡¡Dreams se llama la banda y Dreams se llama el discazo!!!!
No sabría decir desde hace cuanto tiempo que no paraba de escuchar un disco tantas veces seguidas. Posiblemente desde que me pillé el año pasado el "Black Rose" de Thin Lizzy –uno de esos flechazos instantáneos-, pero es que he alucinado cuando me he visto poniéndolo unas siete u ocho veces del tirón, cada vez con más ganas de captar todos los matices y detalles... Me ha parecido una auténtica maravilla.
Creo que esta gente supo, como muy poquitos supieron, combinar y fusionar a la perfección sonidos como el genuino y tradicional Jazz con la inmediatez del Rock, todo ello con unos tintes de enérgico Soul y contagioso Funk que los hace especialmente apetecibles y asimilables para todo tipo de público -porque aunque me gusta muchísimo el género, reconozco que así de primeras no es un sonido fácil y que hay que estar muy curtido para depende qué artistas-.

Si os gusta el fértil período setentero y los sonidos de viento/metal de bandas como Chicago -antes de que se volvieran unos blandengues- o Blood Sweet and Tears, conseguid la obra de esta banda, que consta únicamente de dos álbumes: este "Dreams" de 1970 e "Imagine My Surprise" de 1971, ambos lanzados bajo la protección de Columbia Records.

Pondría todos los cortes del álbum, pero únicamente voy a poner dos ellos que representan algo así como la cara y cruz de una moneda, la noche y el día, el alfa y el omega, el yin y el yan... Vosotros ya me entendéis.
El primero es un sofisticado, elegante e imaginativo tema jazzy en el que destacan sobremanera la pareja formada por los jovencísmos hermanos Brecker -Michael al saxo tenor y Randy trompeta respectivamente-. Unos inventivos y habilidosos solistas especializados en el mundo del sopleteo que junto a Barry Rogers al trombón y tuba, son los responsables de este "Holli Be Home", un tema con encanto especial:


El segundo y último tema es todo lo contrario. Una pieza de visceral, ácido y poderoso sonido negro en el que el protagonismo lo llevan principalmente la sección rítmica del ya citado Cobham y Doug Lubahn al bajo, apoyados por el electrizante teclado de Jeff Kent, la punzante guitarra de John Abercrombie y la voz de Edward Vernon. Todos ellos nombres y hombres de enorme experiencia y talento en los mundillos del Jazz y Rock…
A continuación, "Try Me", puro músculo:


*Ya en casa busqué entre mis apuntes y recordé que el pintor en cuestión es René Magritte, y ya así de paso aviso que dentro de poco publicaré una entrada sobre su relación con el mundo de la música, la conexión que establecieron algunos diseñadores de portadas con su obra, curiosidades, coincidencias y parecidos...

Pero hasta entonces, me voy a poner otro poquito a estos Dreams.

A vuestra salud.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Has escuchado alguna vez...

...la expresión "eres más raro que un botijo verde"? ¿No?
¡Pues ya lo has hecho!
Si es que uno nunca se acostará sin saber nada nuevo...

martes, 8 de febrero de 2011

Vinilos: single Boston - "More Than A Feeling".

Como notaréis por la imagen, o mi padre le dio mucha caña o el paso del tiempo en el trastero hizo estragos sobre este single. Sea cual sea la causa, lo intenté restaurar y ahora tiene bastante mejor pinta que el desastre que hay aquí abajo...

El clásico y celebrado tema de la banda más "Smokin´", que aunque quedó más o menos en un segundo plano eclipsado por el primero, es mi tema favorito del disco:


sábado, 5 de febrero de 2011

Retales:

Allá van una serie de dibujos y de cosas que por una serie de razones -entre ellas que son una fuldestambul o que no salieron del todo bien y no me satisfacen- no merecían salir aquí en solitario, sino en la sección de Retales...

Como se parece igual que un huevo a una castaña, os digo que la intención era que el Rey del Rock apareciera aquí -sacado de la portada de su primer disco-. Al final, la idea de hacerle un fondo geométrico no cuajó bien.

Con toda seguridad la cosa máaaaaas fea -aunque técnicamente correcta- que he dibujado en mi vida. Este engendro de dibujo nació una tormentosa noche de verano en la que me dio por ver en Internet un "Especial Tatuajes Horribles". Sí, uno de esos tan simpáticos en los que gente en estado ebrio aparece tatuada con cosas como un mono zombi con sombrero de cowboy y pompones, un gato dando la espalda en la tripa de un señor en la que el culete del felino coincide justamente con el ombligo; fallos garrafales en los que el retrato en un brazo de un amado o amada sale bizco; o en la que el hijo todavía bebé parece una cruel mezcla entre Hans Topo y Kuato... Ahora lo entenderéis mejor.

Ya dije que la flor y el olor de la lavanda me llegan bastante. Pues ahí está el boceto.

Un entretenimiento con un programa de diseño gráfico, nada del otro mundo.

¡Me he quitado de encima un peso muy grande!

martes, 1 de febrero de 2011

Una Joyita: "Love Devotion Surrender" o La Música Como Sinónimo De Vida.

Vamos a empezar el mes con unas preguntitas:
¿Os acordáis de cuando la original guitarra de Carlos Santana era todo un torrente de libertad que no conocía diques o presas que la contuvieran y calmaran? ¿Y del sonido de John McLaughlin? Uno de los más eléctricos, impetuosos y penetrantes que se ha paseado por el mundo del Jazz ¿verdad?

Pues gracias a Dios o a lo que queráis, estos dos tipos tuvieron varios puntos en común: el primero es que eran grandes especialistas de la guitarra; el segundo es que eran unos inquietos aventureros musicales, de eso no cabe la más mínima duda viendo la obra musical de cada uno de ellos en los 70; el tercero era el cariño y aprecio que manifestaban hacia John Coltrane y su obra jazzística; y el cuarto es que en ellos -fieles devotos y seguidores del gurú indio Sri Chinmoy- dominaba un ansia de saber religioso, espiritual y filosófico que trascendía más allá de sus vidas y su música.

Todos estos rasgos compartidos hicieron posible el encuentro artístico y personal entre Carlos y John –ya bautizados o renombrados por su maestro como Devadip y Mahavishnu-. Y de esa relación surgieron varios chispazos que, afortunadamente para nosotros, acabaron siendo registrados bajo la marca de Columbia Records en discos como “Welcome” o del que vamos a hablar en este día de hoy: “Love Devotion Surrender”, que vio la luz en el verano de 1973.

Para la gestación de “Love Devotion Surrender” intervinieron y participaron distintos miembros tanto de Santana como de la Mahavishnu Orchestra, con lo que se formó entonces una megabanda de antología entre la que aparecían nombres como Billy Cobham y Mike Schrieve a las soberbias baterías, la colaboración de Larry Young al poderoso órgano Hammond o Armando Peraza a la percusión. Casi nada.

El álbum consta originalmente de 5 piezas: las dos primeras son “A Love Supreme” y “Naima”, que tienen a Coltrane como autor. “Let Us Go Into The House Of The Lord” es el cuarto corte, un tema tradicional arreglado para la ocasión por el tándem Carlos-John, que cierran el disco con la preciosa acústica “Meditation”…


Y dejo para el final la que es para mi la obra central del disco. Una composición titulada The Life Divine” que sitúa a la pareja formada por John McLaughlin y Carlos Santana en lo más alto del Olimpo musical guitarrero. Yo me tuve que rendir a la evidencia, ya que poner “The Life Divine” a máximo volumen y entrar en eufórico éxtasis es todo un mismo movimiento.

Hasta entonces no había escuchado en mi vida nada tan apoteósico y grandioso como esto, tan glorioso -de hecho, cada vez que lo escucho un escalofrío me recorre la espalda por la emoción causada. No lo puedo evitar-. Así que se puede decir que fue justo en ese momento cuando entendí a aquellas frases tan manidas que dicen eso de que es en la música donde se halla la Belleza, el Amor, la Perfección o Dios.

Esa solemnidad y profundidad, los cantos del coro recitados y repetidos como si de un mantra se tratara, y ese constante pulso palpitante nos introduce en una especie de estado alterado de conciencia, donde da la impresión y sensación de que nos encontramos ante lo verdaderamente sublime. Nos hace sentir una experiencia cuasi-mística de lo divino…

La verdad es que no sé cómo explicarme correctamente, no estoy muy seguro de ello y no he leído nada al respecto, pero si en aquellas sesiones de grabación tanto Carlos como John, guiados por Sri Chinmoy, se propusieron evocar con su música los nuevos caminos espirituales que estaban recorriendo o la existencia de Algo Superior, a fe mía que lo lograron.

La lucha de guitarras más exuberante, intensa y vitalista que he tenido el placer de disfrutar tiene un nombre, “The Life Divine”:

Que os guste: