Desde siempre he sido una persona que vincula todo, absolutamente todo, a la música: El amor (un segundo de Paul Collins cambió mi vida), las amistades (hay encuentros que bien merecen una canción), los buenos momentos (el saber que aprobé la última nota de la carrera siempre irá ligada al subidón inicial del "I´d Run Away" de The Jayhawks), los malos (discos que lo siento por ellos pero no volveré a escuchar jamás), los olores (el del aire fresco de las mañanas de primavera me obliga a poner entera la discografía de Triana), los colores (no sé, pero el gris del invierno siempre llamará a mi puerta con Bill Evans) y los lugares...
En este caso, con nuestro viaje se dio una conexión con la música de David Bowie. No fueron ni una ni dos ni tres que coincidimos en la travesía por Polonia con el genio de Brixton: La primera vez tuvo lugar estando aún en el aeropuerto Berlín-Schönefeld, cuando cuando pasamos por una tienda en la que estaba sonando "Under Pressure". Buen augurio.
La segunda ocasión fue paseando por Varsovia. Recorrer las calles por lo poco que queda del antiguo gueto o los pasillos del Museo del Levantamiento y sentir dentro de los huesos cómo fluían los sintetizadores de "Warszawa" fue toda una experiencia.
No hay dos sin tres. En un Alkohole 24h de Cracovia (no pregunten qué hacíamos ahí) entró un señor que llevaba puesto en su móvil para el disfrute de todo el mundo el "Heroes"... ¿Casualidades? Pues no creo.
Ya el culmen vino cuando disfrutando del ambiente de la Plaza Mayor de Cracovia y rebuscando en la tienda de discos de barato que mencioné en la anterior entrada dedicada a Kroke nos encontramos además con un disco un tanto piratilla de Bowie titulado 'Thin White Duke Live - Recorded In The USA Between 1972 And 1990'. ¡A la saca! ¡Y qué paciencia la de mi santa esposa!
Escuchado y analizado en casa con tranquilidad únicamente puedo decir que es un discocuriosidadparaadmiradoresycoleccionistasdebowie. Según he visto en alguna que otra página web especializada en el artista. Presenta muy poca información sobre el personal y menos aún sobre los lugares en que se hicieron las tomas. La recopilación de temas muestra una mezcolanza de grabaciones hechas en distintas décadas que de hecho puede descolocar a quien no esté acostumbrado a la mutabilidad estilística de Bowie. La calidad de las mismas, para ser un bootleg, es más que decente y destaca en su repertorio por mostrar un predominio de canciones pertenecientes a su época dorada de los 70 más unas cuantas pinceladas de los 80. Por cierto, ni rastro de creaciones de los 90.
Espectacular la versión anfetamínica de "Scary Monsters", la siempre descarnada "Rock And Roll Suicide", un directo que no había escuchado nunca de "Andy Warhol" y la unión del "Fashion" con el "Let´s Dance" que deja al público asistente loquísimo. O por lo menos a mi me deja así.
Abrazos y gracias por haber estado atentos a esta peculiar y limitada serie de entradas dedicadas a nuestras peripecias por Polonia. Próximamente seguiremos con la línea habitual: arte, pintura, música, cultura... ¡De todo y para todos!
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