Aunque mucha gente no lo sepa, puedo arriesgarme a decir que el pasado miércoles 27 fue un día grande. Un día en el que la ciudad de Alcalá de Henares creció un poquito más en el ámbito cultural, aunque mucha gente no lo supiera... Y es que tuvo lugar un acontecimiento especial: el 'Stompin´ Boots And Blues Festival'.
¿Que qué
es esto del estompinbutsanloquesea? Se preguntarán muchos… Pues eso
precisamente, un festival. Aunque no uno convencional o al uso, no. El
'Stompin´ Boots And Blues Festival' es un festival colectivo e itinerante que
en esta su primera edición está teniendo como misión y objetivo prioritario el
rescatar y traer de nuevo a nuestros oídos los sonidos más interesantes del
Rock, Garage, Folk, Country y de los sonidos americanos en general tanto en su
vena más acústica y natural como en la más eléctrica y descarnada.
Como
ambulante y trotamundos que es, el 'SB&BF' se ha paseado ya a lo largo del pasado
mes de febrero por salas como la Wurlitzer de Madrid o el Centro Niemeyer de
Avilés por poner un par de ejemplos y todavía quedan unas fechas para este de marzo,
aunque nosotros vamos a hablar de la noche que pasamos cuando toda la troupe del
festival recaló en nuestra ciudad, en la Sala EgoLive.
Una vez más, se dieron varias circunstancias que impidieron en mayor o menor medida que
el público asistente fuera el deseado: estamos a final de mes -los bolsillos
están vacíos-, la rasca que hacía era considerable -guantes y bufanda a tutiplén-,
el fútbol -porque los colchoneros también se merecen una alegría de vez en
cuando-, que el concierto cayera entre semana... Pero
bueno, como servidor presentía que la noche iba a merecer muy mucho la pena, me
fui a pata dando un paseíto hasta la otra punta de la ciudad para disfrutar de
lo que nos iba a ofrecer el 'Stompin´ Boots And Blues Festival'.
Los
primeros en salir al escenario fueron Macho, una banda barcelonesa que me
sorprendió muy gratamente cuando los escuché por primera vez ya que me
rompieron los esquemas para bien porque últimamente me he llegado a hacer una
idea preconcebida y tópica de que todo lo que sale de la ciudad condal suele
ser Popindie facilón y suavón... Mala suposición por mi parte, porque lo que
nos mostraron estos tipos sobre las tablas fue todo lo contrario: energía,
potencia, vitalidad, descaro, simpatía... Bien entendido, lo que nos mostraron
fue un sonido muy macho, vamos.
Hallando flechas,
direcciones y paralelismos sonoros, a mis orejas llegaban ecos de Burning, de
Ilegales -como bien apuntó Alfonso Sirera-, del primer Loquillo... Es decir,
canela en rama. Rock and Roll del de antes, de ese que te agarra de las tripas
y te da un meneo bueno gracias a temazos como este que inaugura su primer
álbum:
Y ahora
un cotilleo: tras acabar los máquinas de Macho de darlo todo frente a unas
treinta personas aproximadamente, puse la oreja cual cotilla en una conversación
en la que el bajista del grupo le decía a un miembro de la sala -que parecía pedir como disculpas
por el poco público- que no pasaba nada, que ellos tocaban con la misma
felicidad y ganas ante doscientas personas que ante cinco. Así que lo único que
puedo decir a la gente de Macho es lo siguiente: Bravo bravísimo.
Después
de esto, Macho recogió sus trastos y se fue a por unos bien merecidos refrigerios
mientras se preparaba la siguiente ¿banda?
Lo digo
como dudando porque Molly Gene, que salió inmediatamente después, es eso: una
señorita que procedente de Warrensburg -Missouri- y bajo el nombre artístico de
‘One Whoaman Band’ se nos presentó solita con su guitarra, su armónica y ese
peculiar instrumento que es la batería de pie.
Describir
a Molly Gene no es tarea fácil, así que voy a decir lo primero que se me vino a
la cabeza y me quito de darle vueltas al asunto: Molly Gene es como la
Muchachita Bombo Infierno del Medio-Oeste, como la sobrina rebelde y punky de
Johnny Winter, como… Bueno, creo que con estas definiciones un poco gráficas
queda bastante claro a lo que suena esta chica de menuda figura y curtida voz.
No se me puede olvidar decir que durante su actuación lo dio absolutamente
todo. No se estuvo quieta pateando el cacharro que tenía entre sus piernas, revolviéndose,
retorciéndose y agitándose sobre la banqueta… Agujetas me entraron con sólo
verla… Una bestia parda la Molly. Seguro que tras acabar su show se tuvo que
tomar un Isostar o un Gatorade, seguro.
Sus canciones
tratan de historias sobre broncas en bares de carretera, sobre la dura vida en
el campo o sobre algo así me imagino, porque os prometo que con el acento cerrado
que nos gasta la compañera no entendí un carajo de lo que nos contaba entre
canción y canción, aunque supongo que serían cosas buenas ¿Verdad?
Me dio la
sensación que la música que Molly ‘One Whoaman Band’ Gene nos fue tocando es
perfecta para ponerla a todo volumen y ver ese programa que echan en el canal
Xplora – una aburridísima barbaridad llamada ‘Los Cazadores Del Pantano’-, para
ver unos rodeos o para ver cualquier otro evento típico de los USA porque
encaja realmente bien. Una música muy disfrutable la de esta artista, como
pueden apreciar a continuación:
Y
finalmente llegó el turno de los entre neoyorquinos y portugueses The Last Internationale. Que son los cabezas del cartel y los responsables en gran
medida de que se montara este festival nómada para acogerlos y moverlos a lo
largo de la geografía española…
Al igual
que en otras tantas veces, me habían hablado ya maravillas de esta banda
liderada por Edgey y por Delila Paz. Y yo, que soy muy bien mandado, me puse a
buscar y rebuscar diligentemente cosas sobre ellos para, finalmente, poder dar
fe y divulgar que The Last Internationale son maravillosos.
A primera
vista y antes de que pusieran sus manos sobre los instrumentos parecían una
banda convencional. Edgey a la guitarra y el baterista Fernando Silva se
asemejaban con sus chaquetillas ceñidas de cuero a unos primos de The Strokes y
ella, Delila, tan mona y arreglada -aunque discreta- estaba como recién salida
de una entrevista en los 40 Principales… ¡Pero ay Señor! ¡Qué equivocados y
ciegos nos encontrábamos!
Fue
empezar a fluir la electricidad y ver como la Gibson Les Paul de Edgey rugía,
de verdad que rugía… Ver como la batería de Fernando construía un ritmo
Blues-Rock contundente y sólido, desnudo y muy muy muy estilizado… Ver como
Delila bordaba todas las facetas en las que intervenía: efectiva a ese bajo Vox
‘teardrop’ tan guapo, a la armónica, a la guitarra acústica y a esa voz tan preciosa
y tan genuinamente americana que poco tiene que envidiar a las grandes damas
del Blues y del Country… Nombres podía dar unos cuantos, pero creo que es mejor
que la escuchéis vosotros mismos:
Si hay algo que me llamó la atención de esta banda, tanto en estudio como en directo, fue la gran amplitud de registros que pueden desplegar dentro de una misma actuación sin que el resultado final fuera como el de un corta-pega electro-acústico, sin que existieran altibajos, sin que pareciera una mezcla artificial… Fue brillante.
Delila y compañía vinieron a Alcalá de Henares para presentarnos su último EP, publicado este mismo año por Manifesta Records y que lleva como título ‘New York, I Do Mind Dying’. Un trabajo en el que la presencia del Blues es muy notable ya que a lo largo de sus cinco temas contamos con la reinterpretación a lo Last Internationale de grandes del género como Howlin´ Wolf, Leadbelly o Elmore James ni más ni menos. Hay que tenerlos bien puesto y saber lo que se hace pero no pasa nada, porque tanto Egdey como Delila van sobrados de lo primero y no juegan al azar.
Como os
decía antes, The Last Internationale tiene muchas aristas sonoras, siendo una
de ellas es más punzante, más eléctrica y agresiva… Y como no podía cerrar esta
crónica sin poner este temón, ahí que va:
Ni qué
decir que al finalizar el maravilloso concierto de The Last Internationale me
compré aquél EP que está sonando ahora mismo mientras finalizo esta crónica…
¡Así
es que da gusto!
Todo un repaso por el evento que nos ha dado la oportunidad de escucharles a través de tu crónica.
ResponderEliminarUn saludo
Pasaron por el Niemeyer y yo no me enteré? o a lo mejor sí, pero coincidiría con otra cosa? hummm... Tampoco conocía a ninguno de los que nombras, así que me da un poco menos de pena. Quizás en otra ocasión.
ResponderEliminarSaludos
UUff yo tampoco me entere de que actuaban en el Niemeyer y eso hasta soy seguidor del centro en Facebook, eso da una idea de lo poco promocionado que fue aquí, tampoco recuerdo haber visto los tipicos cartelitos por las tiendas. Una pena, nos perdimos un festival con una idea muy buena, espero que esta iniciativa se lleve a cabo más años y sigan por toda España
ResponderEliminarLogan y Lory: pues muchas gracias, porque eso es lo que me gusta de cuando escribo sobre un concierto: el que se sienta algo parecido a lo que sentí en su momento :)
ResponderEliminarKarlam: eso es lo que tengo entendido, que pasaron por ahí. Sí debe doler menos que han actuado unas bandas poco conocidas -aunque seguro que alguna de ellas te hubiera molado escucharlas- que por ejemplo los Motorpsycho o yo qué sé XD
Boris: Aquí en Alcalá parece ser que no se movió con el tiempo conveniente... Una pena.
¡Gracias a todos!