¡Konnichiwa! ¡Hola a todo el mundo! Ya estamos de vuelta de Japón, sin lugar a dudas el viaje más apasionante, bello e inolvidable de nuestras vidas. Y, como no podía ser de otra forma, ya estamos echando de menos los deliciosos sabores de Tsukiji, la hospitalidad de las gentes de Kioto, los remotos paisajes de Kamakura, el pretérito refinamiento de Nishimuraya Honkan...
No creo que descubra nada nuevo, pero si alguien me preguntara qué es lo que más me ha llamado la atención de Japón, diría sin vacilar que los contrastes. Japón es un país repleto de contrastes. Poseedor de una tradición que todavía hoy se sigue filtrando y manifestando a través de una modernidad representada en las máscaras de sus ciudadanos, en los gigantescos luminosos de Shibuya y en las infinitas máquinas de refrescos de las calles. Ver templos centenarios junto a gasolineras y rascacielos es algo tan chocante para nuestra concepción occidental que cuesta acostumbrarse a ese espectáculo. En realidad, creo que en nuestro periplo nipón nunca llegamos a sobreponernos del todo ante semejante despliegue de sensaciones porque en Europa, en España, la tradición y lo moderno se mantienen como aisladas la una de la otra, cada una tiene su propio espacio... Su propia esfera. Pero en Japón no ocurre así: todo convive en un universo aparentemente caótico y apabullante pero en realidad perfecto y cautivador. En simbiosis.
Pues esta misma concepción unitaria del mundo tradicional y actual fue llevada a cabo con todas las de la ley en el ámbito musical por la Flower Travellin´ Band, un grupo tokiota de Psicodelia y Hard-Rock formado a finales de los años 60 por Yuya Uchida (alma mater de la banda, percusionista y productor), Joe Yamanaka (vocalista) e Ideki Ishima (guitarrista y lutier a ratos).
A los FTB los conocí a través de uno de esos extraños blogs rusos de rarezas setenteras hace ya unos cuantos años y me capturaron desde el primer momento. Desde aquél entonces siempre los tuve en mi lista roja de discos, atento a ver si pasaban delante de mis ojos para echarles el guante... Por eso mismamente, en cuanto me lo recomendó mi preciosa chica (hay que reconocer que su imprescindible guía Lonely Planet nos ha descubierto auténticas maravillas ocultas en aquél país) me acerqué a Disk Union, una pedazo de tienda especializada en discos de segunda mano localizada en el bullicioso barrio de Shinjuku.
Dicho ahora así parece hasta fácil, pero he de admitir que soy un poco torpe y que tuve que visitar dos veces en dos jornadas distintas esa zona tan musical de Tokio para poder encontrar la dichosa tienda. Y las razones son múltiples: primero porque ese barrio en sí ya es inmenso, segundo porque mi sentido de la orientación no es que sea muy brillante, tercero porque entré en otras tiendas y sorprendentemente no conocían a los Flower Travellin´ Band, y cuarto porque por allá no es que se hable mucho el inglés para hacernos entender... Y como que mi japonés no es muy fluído.
Una de esas experiencias de las que nunca me podré olvidar es cuando tras hacerme entender a trancas y barrancas con uno de los dependientes de la tienda, éste me acompañó cortés y diligentemente a una de las estanterías y me sacó dos disquitos: 'Anywhere' y 'Satori'.
El primero se trata del debut como tal de la banda en 1970 que luce en el exterior una peculiar portada con los miembros de la banda totalmente desnudos, como recién venidos al mundo, corriendo encima de unas motocicletas y en el interior una interesante colección de versiones de temas como el "21 st Century Schizoid Man", "Black Sabbath" o "The House Of The Rising Sun"... Todo muy variado pero a la vez heterogéneo. Palabra.
El segundo se suele considerar su álbum cumbre. Publicado justo un año después, es su primer trabajo completamente original, ya sin nada de 'covers' y con todos sus integrantes en auténtico estado de gracia. 'Satori' presenta un estilo propio, original e inventivo, sólido a la manera occidental y muy muy rico en matices asiáticos, influenciado claramente por gente como Black Sabbath o Blue Cheer. Esta es la razón por la que se puede decir que los FTB son unos de los primeros en desarrollar y continuar lo que posteriormente sería el Heavy y el Stoner Rock,... En fin, que estamos ante uno de los mejores discos de Hard-Rock de Japón y también, por qué no decirlo, del mundo entero.
A los FTB los conocí a través de uno de esos extraños blogs rusos de rarezas setenteras hace ya unos cuantos años y me capturaron desde el primer momento. Desde aquél entonces siempre los tuve en mi lista roja de discos, atento a ver si pasaban delante de mis ojos para echarles el guante... Por eso mismamente, en cuanto me lo recomendó mi preciosa chica (hay que reconocer que su imprescindible guía Lonely Planet nos ha descubierto auténticas maravillas ocultas en aquél país) me acerqué a Disk Union, una pedazo de tienda especializada en discos de segunda mano localizada en el bullicioso barrio de Shinjuku.
Dicho ahora así parece hasta fácil, pero he de admitir que soy un poco torpe y que tuve que visitar dos veces en dos jornadas distintas esa zona tan musical de Tokio para poder encontrar la dichosa tienda. Y las razones son múltiples: primero porque ese barrio en sí ya es inmenso, segundo porque mi sentido de la orientación no es que sea muy brillante, tercero porque entré en otras tiendas y sorprendentemente no conocían a los Flower Travellin´ Band, y cuarto porque por allá no es que se hable mucho el inglés para hacernos entender... Y como que mi japonés no es muy fluído.
Unos días después (tras charlar y dejarme indicar por todos los policías, tenderos y ejecutivos que se me ponían al alcance) pude finalmente encontrar Disk Union, un auténtico santuario para los amantes de la música: una planta entera para Rock Progresivo, otra para Hard-Rock 70´s, para Psicodelia, para Música Latina... Y así hasta ocho plantas enteritas de música. ¡Casi nada, señores! Si alguna vez tienen la oportunidad de ir a Tokio no se lo deberían perder. Es un hito obligatorio.
El primero se trata del debut como tal de la banda en 1970 que luce en el exterior una peculiar portada con los miembros de la banda totalmente desnudos, como recién venidos al mundo, corriendo encima de unas motocicletas y en el interior una interesante colección de versiones de temas como el "21 st Century Schizoid Man", "Black Sabbath" o "The House Of The Rising Sun"... Todo muy variado pero a la vez heterogéneo. Palabra.
El segundo se suele considerar su álbum cumbre. Publicado justo un año después, es su primer trabajo completamente original, ya sin nada de 'covers' y con todos sus integrantes en auténtico estado de gracia. 'Satori' presenta un estilo propio, original e inventivo, sólido a la manera occidental y muy muy rico en matices asiáticos, influenciado claramente por gente como Black Sabbath o Blue Cheer. Esta es la razón por la que se puede decir que los FTB son unos de los primeros en desarrollar y continuar lo que posteriormente sería el Heavy y el Stoner Rock,... En fin, que estamos ante uno de los mejores discos de Hard-Rock de Japón y también, por qué no decirlo, del mundo entero.
¡¡¡Disfruten del Rock y del misticismo oriental!!!
Gran grupo del cual julian Cope es un gran fanatico
ResponderEliminarque buena experiencia... me imagino que es un antes y un después en las vivencias no?
ResponderEliminarvoy a escuchar esas canciones, ya me atrajo el que anden en moto.... salu2 y espero una entrada con fotos y las descripciones de los lugares!
Menudo descubrimiento. No tenía ni la menor idea de su existencia. Suenan de vicio.
ResponderEliminarUn saludo.
Totalmente desconocidos para mi. No sabia que en Japon hubiera bandas tan buenas.
ResponderEliminarTe lo habrás pasado pipa, yo no he estado nunca, pero mi hermano fue hace tres años y trajo un montón de fotos y reportages, como si lo hubiera vivido.
Un saludo
bernardo de andres herrero: Gracias por el apunte. No conocía a Julian Cope. Sus libros sobre el Krautrock y el Rock japonés tienen que ser casi de obligatoria lectura para mi, pues son mundos que me interesan una barbaridad. ¡Gracias de nuevo!
ResponderEliminarJLO: Un antes y un después, no se puede describir de otra forma mejor :)
Antonilópez: Es uno de esos países que no deja en absoluto indiferente... Yo me vine cargado de recuerdos, experiencias, amor y mucha musiquita :)
¡Gracias de veras por todos los comentarios!