De una de estas tres formas podría titular esta humilde crónica sobre el sorprendente concierto que se marcaron los señoritos (y señorita) de Cosmosoul este pasado viernes 11 de diciembre en la Egolive de Alcalá de Henares.
Vayamos desordenadamente por partes. He dicho el último concierto del año por una sencilla razón: a partir de ya mismo no se me va a ver en ninguna sala o concierto porque de aquí en adelante y con las fechas navideñas que se nos vienen encima lo que le gusta a servidor, llámenle raro, es estar bien recogidito en casa con la familia y con un generoso surtido de alfajores y roscos de vino a mano de esos que hacen bola en boca... maravilloso.
Al lío, el concierto. Las doce de la noche fue la hora mágica. La hora en que sonaba el "Never Too Much" de nuestro querido Luther Vandross. La hora en que cinco artistas de cinco países distintos reunidos en Madrid se dieron la mano para ofrecernos un recital de los buenos. De Soul se puede leer en muchos sitios, pero creo que eso es quedarse cortos. Muy cortos. Una instrumental dio inicio a la revisión de los dos únicos discos hasta el momento de la banda: 'Sunrise' (autoproducido en 2011) y 'Terra' (crowfunding mediante en 2014). Discos repletos de matices y detalles que en vivo y en directo me sorprendieron gratamente pues, a decir verdad, hasta entonces lo poco que había escuchado de ellos me hacía presuponer una noche de corte más americano y tradicional, es decir con Soul y R´n´B a tutiplén... Y lo que me encontré fue un derroche de creatividad y mezcolanza que se agradece una barbaridad en estos tiempos tan homogéneos y aburridos.
Por un lado, gracias a canciones como "Heartbeat" o "Powerful" tenemos un sonido a las teclas (cortesía del napolitano Sergio Salvo) que me recordó un montonazo a lo que hacía Tobby Smith en la primera época de los Jamiroquai. Un sonido elegante muy propio de la escena Acid Jazz británica. La semejanza con The Brand New Heavies o Incognito es algo inevitable. Comparación que no se queda en la apariencia sino que va más allá pues es justo decir que los estándares de calidad de Alana Sinkey (originaria de Guinea-Bissau y nacida en Portugal) en cuanto a composición propia y voz apuntan muy alto.
La gente empezaba a mover arrítmicamente el cuello para luego pasar a agitar las cabezas con cierto criterio métrico cuando sonó "Warrior", un tema como dirían algunos ilustres más 'Contemporary R&B' que en la versión estudio cuenta con la colaboración de El Chojín al rapeo y que, personalmente, agradecí su ausencia en directo.
La noche tuvo varios momentos. Uno de ellos fue la interpretación de "Faith", canción necesaria donde las haya.
Había momentos para la introspección, el espacio y la calma... Momentos que el respetable aprovechaba para gritar lo guapa que era la cantante y berrear otras cosas. Son las cosas de la vida son las cosas del querer.
Un detalle distintivo de esta banda (y van unos cuantos) es que gran parte de las letras están compuestas en portugués. Un idioma inusual para este tipo de música en este país cuyo resultado es, de verdad, sobresaliente. "Minha Terra" o "Felicidade Pura" son ejemplo sonoro de la inutilidad de las barreras, muros, fronteras o cualquier otro elemento vertical de separación que se les antoje.
El aroma a incienso reinaba en el ambiente, Alana estaba descalza, el bonaerense Abel Calzetta hilaba finísimo con la guitarra cada vez que tenía oportunidad...
Y no podíamos quedarnos sin mencionar otra de las innumerables muestras de conocimiento musical que atesoran los buenos de Cosmosoul. La verdad, es que no incorporan elementos de coplas o habaneras porque no les sale del alma, que si quisieran ya os digo yo. ¿Qué más nos falta? Pues un poquito de World Music en abstracto, concretada en herencia africana y Afrobeat del bueno con "Loni Itumo". Ejercicio de respeto a los valores y ejercicio de profesionalidad y saber hacer del nigeriano Akin Onasanya y del bajista Manunel Pablo Sanz. Solidez, profundidad, cuerpo...
Tras el fin, unos breves acordes del "Iron Man" Black Sabbath (te cagas) y vuelta al tajo con un par de bises entre los que se hallaba una cuasi-discotequera y acelerada versión del "Could You Be Love" del único e incomparable Bob Marley.
Cosmosoul son para contárselo a tus amigos. Y tú... ¿A qué esperas?
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