¡Y es que a la tercera va la
vencida! Estaba escrito en el firmamento, en los posos de café, en los
higadillos de un pobre corderito... 2006 era el año de la completa
emancipación, de la liberación absoluta y también el año en que había que dar
la cara, ese paso adelante tan necesario. Ahora o nunca.
En la pequeña biografía que
va acompañando y detallando su trabajo en Bandcamp, nuestros músicos nos hacen
llegar sus sensaciones sobre esta nueva etapa que se les venía encima. Así
pues, hablan de este ‘Máquinas Románticas’ como “El disco del placer absoluto”. Casi nada. Y es que no es para
menos. Desde su segundo álbum hasta ahora habían pasado unos cuatro años de
aprendizaje a hostias y ninguneos. Es aquí cuando ya bien escaldados de
experiencias anteriores se atrevieron y se plantaron en las oficinas de su
nueva compañía para pedir el dinero suficiente con el que poder alquilar un
estudio en pleno centro de la ciudad donde poder ensayar tranquilamente durante
dos meses y preparar material nuevo ¿Parecen muchas pretensiones para unos
músicos? Yo no lo creo. En absoluto.
Siguiendo el pequeño resumen
de este período vital de Circodelia, nos cuentan que en este tiempo
transcurrido aprendieron también a rodearse de amigos, a quitarse presiones y a
centrarse sólo en divertirse y disfrutar de la creación. Para ello, no dudaron
en desprenderse de “productores estrella
y managers cazurros” (¿tal vez un palito al señor Stivel?) y jugar y jugar
sin parar con sus instrumentos.
Pablo Parser, la otra cabeza
pensante de la banda junto a Víctor Pérez, asumió en este caso la faceta de
controlador todopoderoso (guitarras, Hammond, teclados, pianos, sintetizadores,
programaciones, coros y por primera vez, productor del disco). Me da la
sensación que el hecho de que no hubiera un ente extraño rondando entre los
músicos (es decir, un productor) hizo que éstos a su vez se encontraran como
más sueltos y cómodos, que pudieran dar de sí lo que no pudieron con la presión
antes comentada. Es escuchar las cuerdas de Marcos Iñíguez, el bajo de Miguel
Hinojosas y la batería de Javier Planelles y compararlas con sus trabajos para
darte cuenta que ahora todo fluye con una profundidad, naturalidad y elegancia
fuera de toda duda. Como sin tensión. Y es que, como ellos mismos aseguran “como en casa con la familia en ningún
lado”.
Para no perder la tradición,
el CD se dejaba abrir con la canción que daba nombre al disco ¿o más bien al
contrario?: “Máquinas Románticas”. Un pepinazo de baterías como guantazos marca
Javi Planelles, tecladitos powerpoperos y unas letras interesantes en las que Víctor
convierte un relato de encuentro amoroso de los suyos en algo parecido a un
relato de ciencia ficción de esos de Isaac Asimov donde los robots, los chips y
demás cacharrería se confunde con lo orgánico, lo cálido… Ya me entienden.
Con “We Love You” rinden
pleitesía a todas las personas que estuvieron a su lado tanto en los buenos
como en los malos momentos. Un amor, una fidelidad, un cariño y una paciencia
que cobra forma de canción de dos caras que se van alternando, solapando y
encontrando. Una parece ser digna heredera del delicado Pop Barroco de los 60 y otra es acerada y
robusta… El contraste como delicia.
Que este disco está plagado de
canciones que podían ser sin ningún problema singles es una idea que no me la
quita nadie. “Monstruo Perfecto” es el ejemplo perfecto. Estribillos de esos
que te obligan a coger un Boli en plan micro y ponerte a cantar, esa tensión
instrumental que te mantiene en vilo, letras de contenido histórico…
Tiempos de arrepentimiento y
desesperación se dejan asomar por entre los párrafos del medio tiempo “No
Recuerdo En Qué Cajón”. De arrepentimiento de ese que es casi una confesión
liberadora y de desesperación que atenaza a uno y no lo suelta jamás. Porque
todos tenemos nuestro corazoncito, vamos.
“…Y aunque le vendí las
noches al diablo y le compré las mañanas al Señor…” Son de esas letras por la
que bien vale la pena hacerse con este y con los demás discos de Circodelia. Con
“Vamos A Ir Al Infierno De Cabeza” estos señores nos llevan con la música de la
mano a un saloon del salvaje y lejano oeste. Hay jugadores de cartas,
tramperos, zarzaparrilla, bourbon y chicas graciosas…
Con este tercer trabajo ya no
hay estilos o influencias tan palpables o evidentes. Parece como si Circodelia
hubiera podido por fin destilar su propio sonido. “Orgullosamente”, “Mareando
La Perdíz”, “Ámame Y Muere” u “Occidente”, que es con la que cierran el
chiringo, se parecen entre sí tanto como un huevo a una castaña… Y eso es algo
tan bonito y tan de agradecer en este mundo tan homogéneo…´
Con la publicación de este
disco perdimos la pista a Circodelia. En la página de Wikipedia sobre ellos se
dice que “en la actualidad el grupo no tiene oficina de management,
mientras tanto tocan habitualmente por locales de Madrid, en especial en el Honky
Tonk de Madrid, siendo unos habituales del local…” Y poco más.
Epílogo:
Poco más tarde, mientras me encontraba hurgando en Internet para obtener
más información sobre la banda y completar huecos pude dar con Vergara, un
breve proyecto musical que contaba con varios músicos procedentes de bandas
madrileñas como La Loca María, Los Guapos y Ochovisones y con nuestros ya
amigos Víctor Pérez y Pablo Parser. En 2011-12 publicaron un EP de tres
canciones compuestas por la pareja en su época de Circodelia. Las letras se
habían vuelto más descarnadas y duras, sin ese lado lúdico y despreocupado de
anteriores entregas; y la música ahora era sofisticada y depurada… Un hallazgo.
PD: Desde aquí, mis más sinceras felicitaciones y
agradecimientos a la persona que se deshizo de estos tres discos de Circodelia
y los llevó a una tienda de discos de segunda mano en Alcalá, gracias de veras.
Eran muy buenos. ¿Te acuerdas del vídeo de Las Chicas de las Canciones? Cómo molaba. Personalmente me gustaban más cuando se ponián serios, como en su último álbum; canciones como We Love You eran sensacionales. En fin, otra banda que el tiempo se tragó.
ResponderEliminarEse vídeo fue para mi como una pequeña puerta patria hacia el estilo de vida Rock And Roll Animal... Me entiendes ¿verdad? Su último álbum es en general su mejor trabajo. Me hubiera gustado saber hasta dónde podrían haber llegado sin esos problemas de continuidad... Una pena. Hablo de ese último álbum en el blog, así que si quieres, puedes pasarte :)
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