Una Joyita: Natalia Calderón/Malinche (ampliado y corregido)

Afortunadamente para nuestros oídos, el Jazz femenino tiene en Natalia Calderón a una gran representante digna de mención: Una voz potente, con personalidad, sin trampa ni cartón…


Mujer de cuidada formación musical, talentosa e inquieta como pocas artistas, a Natalia se la ha podido ver en el escenario formando parte de numerosos y variopintos proyectos, siempre tocando palos muy distintos (pero a la vez profundamente conectados en sus raíces). Ese es el caso del Rock con una banda llamada Hard Men Path, el sonido Soul-Funk con los grupos Black To the Future y Groovebox, el Gospel con un coro que se montó ella misma, la música tradicional africana con un proyecto del que siento no poder dar más datos... y sobre todo el Jazz, liderando su propio cuarteto.

En una de sus múltiples experiencias musicales, Natalia tomó el primer contacto práctico con el Rap en 1998 de la mano de la legendaria formación CPV, con los que colaboró haciendo los coros en el tema “De Cacería”, perteneciente al Maxi ‘9:30’. Casi de seguido, empezó a entablar rápidamente amistad con otras bandas de Hip-Hop para las que trabajó como voz de acompañamiento, destacando su colaboración con Dave Bee para el álbum 'Comunicología Vol. 2' en el tema “Color, Forma y Figura”.

A todo esto hay que decir que la unión rapero + cantante fue una fórmula bastante común durante algunos años. Mi teoría u opinión es que a finales de los 90 en España el Rap alcanzó su verdadero punto álgido, pero por el contrario también se había vuelto muy duro (muy Jarkor) y estaba cayendo en ciertos clichés tanto estéticos como sonoros que lo estaban poniendo en serio peligro… De ahí que la reacción de muchos artistas y bandas fue echar la vista atrás, volver un poco a los orígenes negros (Soul, Funk…) y retomar esa calidez en su sonido para que todo fuera más orgánico, vivo y natural. Y para ello qué mejor que aprovechar el talento de vocalistas como Aniki, Gina, Edinne Said, Ikah (como bien me apuntaba el Master Funkfarrón hace unos días) o nuestra protagonista Natalia Calderón, que se empezaron a dar a conocer entre el cada vez más amplio público del Hip-Hop.

Si os habéis dado cuenta, en lo que es el plano internacional este esquema se sigue dando exactamente de la misma forma… y es que es raro el hit de moda en el que la última estrella pedorra del Pop o R´n´B de USA no salga acompañada de un rapero malote o viceversa, aunque a golpe de talonario eso sí.


Por ello y tal vez cansada de esta especie de sumisión artística, Natalia, ya bajo el nombre artístico de Malinche (esa mujer tan interesante en la historia de la conquista de América) decidió dar un paso adelante y publicar en 2001, como solista, un disco homónimo en el que dio la vuelta a todo lo preestablecido: y es que ahora era la chica la que llevaba la voz cantante y los chicos los que trabajaban para ella. Para la producción, Malinche contó con el apoyo de grandes del género como Zeta (compañero de fatigas de Frank T y líder de los Guateque All Stars), Biyi (una de las cabezas pensantes de la Puta Opepé), Sace 2 (referencia del Elektro nacional) y para el micrófono contó con Dobleache (MC de los extintos Jazz Two)... Un reparto de auténtico lujo que trasmitió al sonido final del álbum un toque muy depurado y elegante, como bien se demuestra en el siguiente corte… “La Búsqueda”:


Si lo anterior os ha parecido espectacular, ahí os dejo hasta la próxima con el tema que más me emocionó en su día… “Hastío”: