A servidor le va bastante el Rock Psicodélico y esas reminiscencias entre
mágicas y lisérgicas que ya se fueron para siempre. A servidor le va mucho el
Rock Progresivo con todo aquél sonido cargado de virtuosismo intelectual, abigarrado
y retorcido. A servidor le va una barbaridad el Jazz arriesgado, el Jazz
intimista, de ese que no se abre a la primera, del opaco y tenso que hace que
la gente se sienta hasta incómoda... Y, paradójicamente o no, a servidor también le gusta el Punk.
Pero
Punk del clásico. Lo que se viene a llamar Punk-Rock. De bandas que hemos
tenido la oportunidad y placer de conocer debido a que han pasado por la sala Ego como lo son The Zeros, The Dictators/Manitoba, Devil Dogs o los últimos
ultimísimos The Queers.
Después
de unos cuantos años sin pasarse por España, esta veterana banda de New
Hampshire acabó recalando en esta Gira Europea, casualidades del destino, en ‘La
Cuna de Cervantes’ el pasado martes 21 de mayo con la intención de devolver el
verde a sus laureles o como sea que se diga esa expresión, acompañados y
precedidos un poco antes por los madrileños Fast Food.
Laureles
que constan de una mezcla a partes iguales de mala baba 'ramoniana' y melodías a
lo Brian Wilson, es decir, una combinación aparentemente difícil de conseguir
pero que una vez llega a los oídos te atrapa y no te suelta… Como nos ha pasado
a nosotros durante esta semana larga que llevamos investigando, curioseando y
siguiendo los rastros dejados por Joe ‘Queer’ King y sus secuaces.
Pero
abriendo la noche, como hemos dicho estaban los Fast Food. Una formación que venía dispuesta a darnos
a conocer su música, un derroche constante de Punk-Rock y un trabajo
implacable. O así me lo dieron a entender en el puesto de discos, ya que aún
teniendo las espaldas bien cubiertas con una larga sarta de LP´s, Mini LP´s y 7” propios y junto a otras bandas,
resulta que les parece poco y están esperando sacar ya su próximo disco… Así es
como se hacen las cosas, a ritmo. Pues bien, estos tíos fueron los responsables
de caldear el ambiente, con un poco de retraso respecto a la hora señalada pero
tampoco mucho. Hecho que se agradece ya que estando entre semana algunos de los
presentes -al menos eso espero- tendrían que trabajar al día siguiente para
levantar lo que queda de país y tal…
Tras
hacer la correspondiente fotografía del ‘set-list’ de la banda y una breve charla con
el baterista poco antes de empezar el espectáculo -me dijo que en lugar de estirarme para hacer
la foto podía darme una copia y yo le contesté que daba igual, porque al final
siempre vendría algún lector del Blog a 'crujirme' por tener poca documentación- empezó la centelleante función de los Fast Food: todo fue energía,
derroche, actitud y… aunque parezca contradictorio, elegancia y cierta manera o
deje Pop, que no es nada malo en absoluto.
La puesta
en escena correctísima, con todos los miembros de negro, luciendo tatuajes y
calzando bambas de lona de las de siempre… Para que luego digan que las bandas
españolas no tienen nada que hacer en comparación con las extranjeras y que no cuidan
la faceta de la imagen.
El
sonido a lo largo de todo el concierto de los Fast Food fue muy compacto y
serio, sin ningún altibajo, todo a una velocidad de vértigo, con canciones que
pasaban y arrasaban los oídos de los que allí estábamos y que demostraban el
nivelazo de The Ant al bajo
eléctrico, Eu The Rocker a la batería y de los guitarristas Sprite y Dani
Fields. Aún con todo, las voces se me hacían como confusas y perdidas,
por lo que no podía captar el mensaje de su cantante Javi Fast Food. Una pena,
porque las letras de canciones como “100.000 Mutantes” o “Como Sonny And Cheer”
son interesantes cuanto menos ¿Qué no?
Tras
la finalización de los chicos de la comida basura tocó el turno a los titulares
de la sala, The Queers… Y no queremos decir nada en absoluto sobre la
traducción de su nombre al español. Las bandas 'punkis' tienen estas cosas...
Joe
King -o el primo gamberrete de Ed Harris- se subió al escenario junto al bajista Dangerous Dave y al baterista
Lurch Nobody, todos con una estética auténticamente ‘amerwicanna’: gorras,
camisetas interiores de tirantes, pantalones pesqueros, calcetines hasta arriba
y otra vez las imperecederas zapatillas de lona… Como puramente americanas son
las reminiscencias del sonido de The Queers. Si no me creen, escuchen:
Porque
sí, hay mucho de Ramones en el conjunto de la obra de esta banda, pero también de
los juegos vocales y de ese Pop creado por el genial Brian Wilson y sus chicos
de la playa… Maravillosa mezcla.
Como
nos ha ocurrido con la mayoría de los grupos Punk-Rock que ha traído Hey Ho! Club De Rock y la sala Ego, a estos The Queers no los teníamos muy conocidos, por lo
que no pudimos desgañitarnos y corear sus estribillos hipersónicos como si se
fuera a acabar el mundo pero qué queréis que os digamos… No hubo problema
alguno porque el hecho de estar delante
de un gran concierto y presenciar cómo se lo pasaba de bien el público -a la
sala acudió la parroquia de todos los conciertos Punk-Rock más gente nueva que
se va apuntando a esto de experimentar la música en vivo y en directo en un número
de asistentes que no estuvo mal- gozando de la música a ritmo de estacazos, de
cervezas, ‘cumpleañosfelices’ y pogos transgeneracionales fue algo
reconfortante para los sentidos…
PD: Y no, no nos olvidamos del único 'set-list' que pudimos tomar nota:
¡Sean buenos y a sonar por todo lo alto!
Un acierto que fueras a este concierto, me gusta su estilo punk mezclado con algo más pop.
ResponderEliminarBoris: Es un contraste muy apetecible. Le quita sordidez al Punk, pero por contra le aporta un gancho más fresco. O eso es lo que me parece a mi :) ¡Gracias por el comentario!
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