Antes de
todo, he de decir que al enterarme que iban a hacer esta exposición me alegré
bastante, ya que en uno de mis años de estudiante universitario, tuve que
realizar para la clase de Pueblos Antiguos de España un trabajo junto a unos
amigos sobre este poblado carpetano de Santorcaz, un pueblo que se encuentra
bien cerca de Alcalá. Ya saben: años universitarios, buenos años...
Esta
muestra temporal tiene tres objetivos principales: El primero de ellos es hacer
público el resultado de las investigaciones que el propio Museo ha estado llevando
a cabo en Santorcaz desde el 2001; el segundo, dar a conocer con todo tipo de
detalle a la población carpetana que habitó en el Llano de la Horca; y el
tercero, invitar al visitante a realizar una incursión por la Hispania
Prerromana y acercarle a la identificación de la Carpetania, que es una
construcción/concepto de origen romano que sirvió para denominar a la región
del centro de la Península Ibérica, constituida por la actual Madrid y
Castilla-La Mancha, y formada por pueblos como Toletum, Segóbriga o Complutum (nuestra
Alcalá de Henares) y que es de donde provenimos, nuestro pasado.
Así pues, a lo largo del recorrido la exposición nos mostrará importantes aspectos de la vida de la Segunda Edad del Hierro en el centro peninsular, en la Hispania prerromana que va de los siglos III a I a.C. mediante los recursos habituales: vídeos, paneles informativos, ilustraciones (muy detalladas, novedosas y bien realizadas eso sí por parte de Arturo Asensio) y algunas de las piezas más destacadas del yacimiento como el Vaso de los Caballos o la Placa del Ciervo.
Friso decorativo del Vaso de los Caballos.
Tras tener bien claro ya lo que fue la Carpetania, su situación, cronología y demás, se empieza de seguido a explicar lo que fue el pueblo de El Llano de la Horca, destacando como una de sus principales características que se trata de un oppidum, término también latino que se refiere a las poblaciones construidas en un lugar elevado (en este caso en lo alto de un cerro) que presentan defensas tanto naturales como reforzadas y que se establecían con una función estratégica bien clara: controlar el territorio y dominar los recursos naturales más cercanos y básicos, las tierras de cultivo y el agua.
Foto obtenida del blog divulgativo de arqueología y prehistoria de España La Bitácora de Jenri.
A través
de los estudios sobre la estructura urbana del oppidum se ha logrado obtener
datos sobre la vida cotidiana que nuestros vecinos tuvieron hace dos mil y pico
años… Y es que en su trama urbana de casas, espacios habitados y calles
empedradas, se aprecia cómo era la organización interna de estas estructuras
para aprovechar el espacio, el calor, la luz, y cómo se realizaban las distintas
tareas habituales domésticas y económicas necesarias para el mantenimiento del
grupo social. Puede parecer una tontería, pero comprender esta organización de
los espacio y las tareas nos lleva a entender que ya había divisiones laborales
(es posible que cada miembro de la familia se dedicara a una tarea en concreto
y en determinado espacio reservado para esa actividad), una diversificación de
las actividades laborales, una complejidad y jerarquización-desigualdad social,… Esas cosas
que con el tiempo han ido derivando y degenerando en el devastador sistema
económico en el que vivimos hoy día...
También
estas investigaciones en los espacios domésticos-de trabajo nos ha enseñado la
economía que practicaban estos pobladores carpetanos. Una economía muy amplia e
interesante que va más allá de la básica economía de subsistencia, porque los
restos hallados han demostrado que llegaron a generar suficientes excedentes
como para que la artesanía, el intercambio y el comercio se convirtieran en
importantes actividades económicas del lugar, teniendo como base a la agricultura,
a la ganadería y a la obtención de productos secundarios. Un sistema económico
que además de facilitar su supervivencia, fue consolidando, fundamentando y
fortaleciendo sus creencias e ideas como grupo.
Placa del Ciervo.
En fin,
que si tienen un rato libre y están cerca de Alcalá de Henares, no duden visitar
esta exposición del M.A.R, que está bien hecha, es interesante, gratuita y encima se aprende
bastante sobre nuestro pasado y sobre cómo conjugarlo con el presente y el
futuro. Además, la muestra finaliza con un mini-documental que nos cuenta cómo se encuentra
la situación actual en El Llano de la Horca, que es hasta el momento el yacimiento
carpetano mejor conservado y conocido. Por esa razón, a este espacio ha sido declarado por la Comunidad de Madrid como Bien de Interés Común y hay un proyecto para convertir
ese yacimiento en un interesante y rentable Parque Arqueológico, que será de
los más grandes de Madrid y de España, si la crisis no lo impide...
Y es que
falta a la verdad quien diga que la arqueología y el pasado no sirven para nada.
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